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Los 6 pecados del cultivador de cannabis en interior

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Mala elección de la iluminación

La iluminación es el pilar básico del cultivo en interior. Sin un espectro de luz adecuado en la potencia adecuada, las plantas crecerán lentas, con los tallos espigados o directamente no crecerán. Las opciones de iluminación hoy en día son los LED y LEC como los más avanzados, y el vapor de sodio/halogenuros metálicos y fluorescentes cada vez más en desuso, pero todavía muy empleados.

Más importante que la potencia lumínica que usemos, lo es el espectro. Por mucho que intentemos sacar adelante un cultivo con un halógeno de 400W, no conseguiremos más que un alto consumo eléctrico y unas plantas que darán pena. Cada espectro tiene su razón de ser, y si dudas de si la iluminación que te interesa es apropiada para el cultivo de cannabis, infórmate bien antes de hacer la inversión.

Ventilación

La ventilación es también uno de los pilares del cultivo en interior. Las plantas consumen grandes cantidades de CO2, que mientras en el exterior es ilimitado, en interior lo llegan a agotar en minutos. Aunque se podría suplir con un aporte controlado de CO2, contar con un sistema de ventilación compuesto por extractor e intractor (prescindible en casos de armarios de cultivo de pequeñas dimensiones) es imprescindible.

Además, los sistemas de iluminación y dependiendo del tipo generan una enorme cantidad de calor que en ocasiones puede hacer peligrar el estado de salud de las plantas o incluso su vida. Garantizarse una renovación del aire adecuada al espacio es uno de los primeros pasos para garantizar el éxito. Una ventilación deficiente es uno de los primeros pasos para fracasar.

No tener en cuenta la variedad que se cultiva

Las pautas de un cultivo interior normalmente lo marcas las plantas. Con su crecimiento, nos pueden indicar cuándo es el mejor momento para el cambio de ciclo. Pero una misma altura en diferentes variedades a la hora de pasar a floración, puede terminar en grandes dificultades en las siguientes 2-3 semanas. Las variedades índicas son de crecimiento compacto y poco estiramiento en la fase de transición.

Las variedades sativas en cambio, pueden llegar a multiplicar x4 o x5 su tamaño en el mismo período de tiempo. Contar con plantas que superen el metro de altura en un espacio de altura limitada, llega a ser un problema. Aunque prácticamente todas las variedades son apropiadas para interior y exterior, unas siempre son más recomendadas que otras por su mayor facilidad de cultivo. Consulta siempre si tienes dudas.

Menospreciar el olor de las plantas

Las plantas de cannabis y especialmente en floración, huelen. Y huelen mucho. Algunas incluso apestan como las Skunk e híbridos Skunk. Hay un pequeño grupo de variedades como la famosa Northern Lights, famosa por sus olores discretos. Pero en general, debemos contar con olores en nuestra casa. Nosotros nos terminaremos acostumbrando a ellos y no los notaremos. No sucederá lo mismo con los menos habituales a esos olores tan reconocibles.

No es ningún problema comenzar un cultivo sin un sistema antiolor. Puede que por su ubicación en la vivienda o la ubicación de la propia vivienda, los olores no sean un problema para los vecinos a los que todo les molesta. O puede que no nos importe incluso que lo huelan. Instalar en cualquier momento un filtro de carbón u ozonizador si es necesario, es muy sencillo.

Compartir esquejes… y plagas

Compartir esquejes es una de las formas conseguir genéticas de calidad. Pero en ocasiones no son sólo los esquejes lo que se comparte, sino también alguna plaga. Y llega a ser muy habitual que una plaga que comenzó a miles de kilómetros termine en nuestro cultivo y que pasados años vuelva de nuevo a su lugar de origen. Además, suelen ser plagas que han sido tratadas y por el camino han desarrollado tolerancia a algunos insecticidas.

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Cuando se recibe un esqueje, no se debe introducir inmediatamente en el armario de cultivo. Y sobretodo si van a compartir espacio con nuestras plantas sanas. Revísalo primero muy bien buscando cualquier signo de plaga y trátalo después con un insecticida de amplio espectro. Tras unos días apartado, se puede meter con total tranquilidad en el armario con las que serán sus nuevas compañeras de cultivo.

A las plantas no les gusta que las despierten

Llega a ser irresistible para un cultivador principiante ir a ver las plantas a todas horas. Éso incluye hacerlo de noche, para lo que inevitablemente se ha de encender la luz de la habitación. También es común sacarles fotos con flash en el período oscuro, donde se aprecian mejor los colores naturales de las plantas, para enseñarlas en las redes sociales o hacer un seguimiento del cultivo en un foro cannábico.

La contaminación lumínica es uno de los principales factores de estrés que existen. Las plantas pueden reaccionar a él produciendo flores masculinas que, si se llegasen a abrir, polinizarían todos los cogollos del armario. El resultado serían cientos o miles de semillas, una mengua importante en la producción y una menor calidad general de la mismo.

Fuente: La Marihuana

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