En el año 2017 el parlamento portugués aprobó la regulación del cannabis medicinal, debido a ello se instaló al norte de su capital Lisboa en la población de Cantanhede una sucursal de la empresa canadiense Tilray para desarrollar el cultivo industrial farmacéutico de cannabis. La siembra realizada por esta empresa a lo largo de una gran cantidad de hectáreas, se hará en exterior, interior y de invernadero. Es decir, las proporciones de cultivo son bastantes altas para la producción y procesamiento de esta especie vegetal para elaborar medicamentos.

La razón de instalar una planta de producción y procesamiento de cannabis a nivel farmacéutico es tan grande, por ser una sucursal que incursionará en el mercado europeo –Portugal y Alemania- principalmente, ya que en ambos países recientemente fueron aprobadas leyes para el uso terapéutico de la marihuana. El uso medicinal del cannabis, se pone en marcha en estos países para el tratamiento de dolencias crónicas en pacientes con cáncer, artritis y reumatismo. Igualmente para la epilepsia, se ha comprobado su beneficio medicinal.
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El uso del cannabis medicinal funciona también para las náuseas o vómitos ocasionados por los tratamientos invasivos contra el cáncer como: quimioterapia, radioterapia, tratamientos contra el VIH y hepatitis C. También se usa contra el glaucoma y el síndrome de Gilles de la Tourette; el cual es un trastorno neuropsiquiátrico sin cura que provoca tics.
Igualmente, el cannabis, puede ser usado como estimulante del apetito para los cuidados alternos de pacientes oncológicos y SIDA, así como para la epilepsia grave durante la niñez. Por todos estos beneficios asociados a mejorar y estabilizar la salud en pacientes con enfermedades crónicas es que Portugal ha permitido el uso terapéutico del cannabis.