El cannabis sigue siendo la droga ilícita más consumida en todo el mundo y su uso regular comienza a menudo durante la adolescencia. Esto es especialmente preocupante, pues se trata de un periodo crucial para una correcta maduración del cerebro y en el que se produce la reorganización de las sinapsis neuronales. Por decirlo de otra manera, es durante la adolescencia que nuestro cerebro termina de configurarse para la vida adulta.
Numerosos estudios epidemiológicos sugieren que la exposición a cannabinoides como el hachís o la marihuana en adolescentes puede aumentar el riesgo de aparición de enfermedades psiquiátricas en la vida adulta. Y en España, los resultados del Plan Nacional sobre Drogas muestran un aumento del consumo de cannabis.
Por otro lado, también se evidencia que en los últimos años ha disminuido la percepción de riesgo de su consumo en la población joven, de 12 a 17 años. Esta es precisamente la franja de edad que se estudia en el artículo titulado Concomitant THC and stress adolescent exposure induces impaired fear extinction and related neurobiological changes in adulthood y publicado en la revista especializada Neuropharmacology por investigadores del Laboratorio de Neurofarmacología -NeuroPhar- de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona.
El nuevo estudio liderado por los investigadores Fernando Berrendero y Rafael Maldonado muestra que la exposición al cannabis y al estrés durante la adolescencia puede favorecer los trastornos de ansiedad a largo plazo caracterizados por la presencia de miedo patológico.
“Hemos investigado las consecuencias de la exposición simultánea al Δ9-tetrahidrocannabinol -THC-, que es el principal responsable de las propiedades psicoactivas del cannabis, y al estrés durante la adolescencia”, explican Rocio Saravia y Marc Ten-Blanco, principales autores del artículo. Concretamente, cómo esta exposición durante la adolescencia afecta a la extinción de la memoria del miedo en los ratones adultos. Los resultados destacan la influencia de factores ambientales como el estrés en los efectos nocivos de la exposición al cannabis durante edades precoces y sugieren que las consecuencias del consumo precoz dependen del ambiente de consumo.
¿Qué es la extinción de la memoria del miedo?
A veces, un estímulo que debería ser neutro, como puede ser por ejemplo el hecho de visitar al dentista, se asocia con un resultado amenazador: en este caso sería el dolor que hemos sentido en anteriores visitas y provocando una respuesta de miedo. Normalmente, las reacciones de miedo disminuyen con el tiempo a medida que el estímulo deja de asociarse con la experiencia negativa. Esto se conoce como extinción del miedo. Pero cuando la extinción del miedo no ocurre correctamente, se producen trastornos de ansiedad tales como el síndrome de estrés postraumático, las fobias o los ataques de pánico.
“Hemos observado que ratones adolescentes tratados con THC y expuestos al estrés exhiben un deterioro en la extinción del miedo en la edad adulta. Sin embargo, este efecto no se observó en los animales expuestos a estos dos mismos factores por separado”, detalla Fernando Berrendero. Además, la resistencia a la extinción del miedo se asoció con una disminución de la actividad neuronal en la amígdala basolateral y la corteza prefrontal infralímbica, lo que según explican los investigadores, sugiere una desregulación a largo plazo del circuito que regula el miedo.
“Nuestros hallazgos destacan la influencia de factores ambientales como el estrés en los efectos adversos de la exposición al cannabis durante edades precoces. Esto sugiere de forma implícita, que las consecuencias del consumo precoz de cannabis dependen de manera importante del ambiente de consumo”, explica por su parte Rafael Maldonado. “La presencia de situaciones de estrés, que es habitual a los consumidores de esta sustancia, puede empeorar los efectos nocivos del cannabis”, concluye.
Fuente: National Geographic España
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